sábado, 18 de febrero de 2023

Un nuevo libro sobre los reptiles de la Macaronesia

En fechas muy recientes ha visto la luz el libro Reptiles de Macaronesia. Archipiélagos de Azores, Madeira, Salvajes, Canarias, Cabo Verde y litoral del Sáhara atlántico, firmado por José Antonio Mateo, Philippe Geniez, Patricia Veiret y Luis Felipe López-Jurado y publicado por la Asociación Herpetológica Española. 




        

    Se trata de una obra muy bien editada, de cubierta semiblanda con solapas, papel de cierta calidad y numerosas fotos, tablas y gráficos, que se estaba echando en falta, pues es el primer tratado exhaustivo sobre la fauna reptiliana de toda la Macaronesia, abarcando no solo los cinco archipiélagos que componen esta región (bio)geográfica, sino también una franja relativamente amplia del sur de Marruecos y el Sáhara Occidental próxima a Canarias, que algunos(as) consideran el “enclave continental macaronésico”. Una de las principales cualidades del libro es abordar de forma separada todas y cada una de las especies que componen esta fauna, con capítulos individuales por archipiélago y concluyendo con los territorios continentales del noroeste de África ya mencionados.


    Comienza el libro por un pequeño apartado titulado “Cómo leer e interpretar este libro”, a lo que siguen los agradecimientos de rigor. Tras estos textos iniciales se desarrolla el capítulo I, que lleva por título “Reptiles y Macaronesia. Una introducción”. Posteriormente se desarrolla el capítulo II, “Macaronesia: Parecidos razonables y diferencias significativas”, seguido del tercero, “Una aproximación biogeográfica a la composición faunística de los archipiélagos macaronésicos y de otras islas del Atlántico”. El capítulo IV es “Los reptiles de Macaronesia”, y el V se titula “Origen, colonización y evolución de los reptiles terrestres de Macaronesia”; este último constituye, desde mi punto de vista, uno de los contenidos más interesantes de la monografía, pues es clave para entender los procesos de colonización y evolución de los reptiles macaronésicos. Y lo que viene después es el tratamiento individualizado de los herpetos según cada archipiélago y región considerada, comenzando por Cabo Verde y concluyendo con el “enclave continental macaronésico”. Cierran la obra los capítulos XII y XIII, que abordan respectivamente las tortugas marinas de las aguas macaronésicas y el estado de conservación de los reptiles macaronésicos, además del índice general, un índice por especies y cinco tablas en forma de apéndice, en las que se muestran distintos aspectos de interés.


    Retomando los textos individuales sobre cada especie de reptil, archipiélago por archipiélago, cabe decir que la información ofrecida en ellos incluye aspectos tales como distribución (con un mapa coloreado), identificación, variabilidad, biología y conservación, destacando el hecho de que se hayan descrito algunos taxones nuevos para la Ciencia, en concreto cuatro especies de reptiles caboverdianos (dos lisas y dos perenquenes subfósiles, de los géneros Chioninia y Tarentola) y dos subespecies canarias, una de perenquén (Tarentola angustimentalis unamunoi, de Fuerteventura y Lobos) y otra de lisa (Chalcides coeruleopunctatus garciamarquezi, de El Hierro). Aunque estamos más acostumbrados(as) a ver este tipo de novedades taxonómicas en revistas científicas, no es el primer caso en que se aprovecha una obra de estas características para realizar descripciones de taxones nuevos, ni será el último. Por otro lado, es importante aclarar que no solo se tienen en cuenta los reptiles autóctonos, sino también aquellos introducidos en cada archipiélago, por lo cual no se escapa nada, salvo contadas introducciones muy recientes, como la de una especie del género Anolis en Tenerife o la del camaleón del Yemen (Chamaeleo calyptratus) en Gran Canaria. Aquí merece la pena apelar a la responsabilidad de aquellas personas aficionadas a la terrariofilia, tan extendida en muchos países de Europa (incluyendo España) y otros continentes, puesto que a veces las introducciones de ciertos reptiles en islas como las macaronésicas se deben a escapes o incluso a sueltas deliberadas por parte de particulares, junto a los casos de taxones que llegan en mercancías (p. ej. plantas de jardín) por barco o avión, los cuales son mayoría.


    Hay que hacer un último comentario sobre las numerosas fotografías que acompañan el texto, la mayoría de ellas de buena calidad, tanto de especies como de hábitats y otros aspectos relevantes. Muchas han sido realizadas por uno de los autores, Philippe Geniez, conocido herpetólogo de campo y magnífico fotógrafo, que tiene un archivo realmente impresionante, el cual cubre la casi totalidad de las especies presentes en el ámbito geográfico abarcado por la obra. Igualmente, merece alabanzas la labor de maquetación, realizada por Patricia Veiret, también autora del libro, y, por supuesto, el exhaustivo trabajo llevado a cabo por el primer autor, José A. Mateo, y la participación de Luis F. López-Jurado.


    Por tanto, solo queda recomendar vivamente esta obra, que viene a llenar un hueco importante en la biblioteca de todo(a) herpetólogo(a), biólogo(a) o naturalista macaronésico que se precie de serlo, y esperar que tenga una cierta distribución en librerías y tiendas especializadas de Canarias y otros archipiélagos hermanos, ya que un libro de esta relevancia e interés debe llegar a muchas personas y no solo a un grupo reducido de profesionales y aficionados(as) a la Herpetología.


Rubén Barone Tosco