miércoles, 4 de noviembre de 2015

Reptiles autóctonos de Fuerteventura

La isla de Fuerteventura alberga tres especies autóctonas de reptiles, todas ellas endémicas del sector más oriental del archipiélago canario (Lanzarote, Fuerteventura e islotes asociados); se trata del perenquén rugoso o majorero (Tarentola angustimentalis), la lisneja (Chalcides simonyi) y el lagarto atlántico o de Haría (Gallotia atlantica). 

En una reciente visita a esta ínsula y al islote de Lobos, realizada en junio de 2015, tuvimos oportunidad de observar y fotografiar dos de estos reptiles, el perenquén rugoso y el lagarto atlántico, de los que se adjuntan sendas imágenes. En cambio, no pudimos encontrar a la lisneja, ya que esta especie requiere de una búsqueda muy exhaustiva y es harto difícil de localizar, teniéndose que recurrir en ocasiones a métodos de detección indirectos, como el hallazgo de restos en “pinchaderos” o despensas de alcaudón real (Lanius meridionalis koenigi) y en egagrópilas de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus dacotiae), tal y como ha descrito una publicación reciente. Sin embargo, gracias a una conversación con un vecino de La Oliva supimos que en fechas no muy lejanas se habían hallado varios ejemplares en dicha localidad, con motivo de las obras de desmonte de unos muros. 
El perenquén rugoso o majorero está extendido prácticamente por toda la geografía de la isla, desde el extremo norte al macizo de Jandía (donde alcanza los 800 m de altitud), así como en el islote de Lobos, pudiéndose hallar en muy distintos ambientes, tales como sistemas arenosos con escasez de piedras, llanos terroso-pedregosos, “malpaíses” o campos de lavas recientes, barrancos, laderas de montañas y “cuchilletes” y núcleos de población. Es muy habitual encontrarlos debajo de piedras, o bien activos en muros, áreas rocosas y zonas de “malpaís” al atardecer y durante la noche. Suele ser una presa muy habitual de la lechuza común (Tyto alba gracilirostris) y, en menor medida, del alcaudón real -ya mencionado con anterioridad-, así como de otras aves. 



En cuanto al lagarto atlántico o de Haría, resulta bastante común en muchas zonas y presenta una amplia distribución en Fuerteventura, donde ocupa, además, muy distintos hábitats. Nos llamó mucho la atención el comportamiento muy dócil de algunos ejemplares observados y fotografiados junto al faro de punta Martiño, en el extremo norte de Lobos, los cuales se aproximaban a menos de medio metro de las personas, sobre todo cuando éstas depositaban algo de comida en el suelo. Al igual que el perenquén, es una presa muy frecuente en la dieta de varias aves rapaces, sobre todo del cernícalo vulgar. Hay que resaltar que la subespecie presente en Fuerteventura y Lobos es Gallotia atlantica mahoratae, endémica de ambas ínsulas.


Por último tenemos a la lisneja. Como se comentó antes, se trata de un reptil muy críptico, de hábitos en parte crepusculares y nocturnos (aunque en ciertas épocas se halla activo también de día) y, por tanto, bastante difícil de localizar en el campo, por lo cual se dispone de muy pocas citas recientes. Se conoce su presencia, sobre todo, en el sector centro-norte de la isla, si bien también han sido hallados restos óseos recientes en Lobos y hay alguna cita referida al macizo de Jandía. Sus requerimientos ecológicos son mucho más exigentes que los de las especies anteriores, y por ello suele habitar casi únicamente en muros de piedras de cultivos, fondos de valles y áreas rocosas con cierto grado de humedad, incluyendo “malpaíses”, hasta unos 450 m de altitud. La foto de la especie que acompaña a este texto ha sido obtenida en cautividad y corresponde a uno de los ejemplares mantenidos por el Cabildo de Fuerteventura en sus instalaciones de La Oliva, los cuales han sido liberados en fechas recientes. En este sentido, hay que destacar que la lisneja figura como “Vulnerable” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, aprobado en 2011, así como en el Catálogo Canario de Especies Protegidas, publicado el año anterior, al considerarse una especie amenazada.  


En suma, Fuerteventura constituye un territorio muy interesante para la observación de la faunula reptiliana, a pesar de que tan solo hallamos en él tres especies autóctonas de este grupo. A ellas hay que sumar varias introducidas con mayor o menor éxito desde otras islas del archipiélago, tales como el lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini) y el lagarto tizón (G. galloti), además de la exótica culebrilla ciega de las macetas (Indotyphlops braminus), cada vez más extendida en nuestras islas.


Rubén Barone Tosco, 31 de octubre de 2015