Aunque parece que lo hubieran pillado "in fraganti" lo cierto es que este bichito no tiene la culpa de los daños que sufre la hoja de col sobre la que aparece. Por el contrario, este perenquén (Tarentola boetgeri hierrensis) perteneciente a una subespecie endémica de la isla de El Hierro está, en realidad, buscando al culpable para comérselo. Y es que su dieta se basa fundamentalmente en la ingesta de hormigas, cochinillas, chinches, polillas, pulgones, escarabajos y arañas. Aunque suele preferir la actividad nocturna, también es posible encontrarlo activo durante el día en lugares refugiados en los que puede asolearse ocasionalmente. Por eso, no resulta raro encontrarlo en los muros de piedra de zonas agrícolas, así como en paredes de zonas urbanas e, incluso, en el interior de viviendas. Son totalmente inofensivos y muy beneficiosos para el hombre y el ecosistema. Si encuentras alguno, obsérvalo sin causarle molestias y no olvides dejar que siga su camino antes de continuar con el tuyo.
Nota: En el caso de estas imágenes, no sabemos si se relamía antes -o después- de zamparse algún insecto o si lo hacía para mantener limpios y cuidados esos ojazos que tan bien le hacen.
Autor: Juan Luis Silva Armas