La fauna endémica de Canarias acaba de ofrecer a la ciencia una vía para avanzar en el tratamiento de las lesiones cerebrales, tras descubrirse que uno de sus estandartes, el lagarto, regenera sus nervios ópticos dañados a pesar de que se topa con los mismos impedimentos que los mamíferos.
El Grupo de Investigación de Neurogliociencia y Reparación Axonal que comparten las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna (Tenerife) publica estos días en la revista británica Journal of anatomy las capacidades de regeneración nerviosa que se han descubierto en el lagarto canario (Gallotia galloti) y que hasta ahora solo se habían observado en dos reptiles de Australia.
Una de las responsables del hallazgo, María del Mar Romero, ha explicado hoy a Efe que el lagarto canario regenera las neuronas de su nervio óptico de forma espontánea en un ambiente de gliosis (cicatriz en un nervio) muy similar al que impide que ese mismo proceso se produzca en los humanos y el resto de los mamíferos.
“En el lagarto, los axones de las células ganglionares recrecen a pesar de que hay una gliosis, un impedimento físico, de que hay inhibidores del recrecimiento. Es lo mismo que ocurre en los mamíferos, pero en el lagarto recrecen. Por lo tanto, pensamos que esta neurona, en este bicho, expresará a nivel genético algún tipo de proteínas que no interpretan esas señales de inhibición igual que en los mamíferos. Pero aún no sabemos por qué”, apunta Romero.
En general, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) de los mamíferos posee la capacidad de regenerarse, salvo que se produzcan lesiones traumáticas o degenerativas.
El lagarto canario, que guarda a ese nivel celular muchas similitudes con los mamíferos, es capaz de sortear ese obstáculo. Descubrir por qué es el siguiente reto a que se enfrenta este grupo de investigadores, ya que puede proporcionar numerosas respuestas de gran interés para el tratamiento de ese tipo de lesiones en humanos.
María del Mar Romero, profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), recuerda que el nervio óptico forma parte del sistema nervioso central y que la retina se considera parte del cerebro. Así que se puede inferir, argumenta, que aquello que es aplicable al nervio óptico, puede serlo a todo el cerebro.
“El lagarto canario retiene esa capacidad regenerativa, pero hemos comprobado que no se parece ni a peces ni a anfibios, se parece más a las ratas. El siguiente paso es saber por qué, pero a nivel molecular”, subraya.
Esta capacidad regenerativa descubierta en el lagarto canario -en este caso en ejemplares de la isla Tenerife, capturados con permiso de las autoridades ambientales- solo se ha observado hasta la fecha en otros dos reptiles de Australia.
“Quizás eso tenga que ver con el hecho de que tanto Australia como Canarias están separadas de los continentes y conservan especies diferentes a las demás, especiales. Son laboratorios andantes de especies antiguas”, aventura Romero.
El equipo que componen Maximina Monzón Mayor, Elena Santos, Carmen M. Yanes y María del Mar Romero, las firmantes de este descubrimiento, están ahora pendientes de encontrar financiación para seguir indagando en esta capacidad regenerativa del lagarto canario y en si puede ser un modelo válido para lesiones humanas.
“Ya nos gustaría, si lo permiten los recortes que estamos sufriendo en toda Europa. Nosotros hemos propuesto este modelo a grupos de otros países para ver si podemos participar en algún proyecto europeo”, asegura la profesora de la ULPGC.
Artículo publicado en Diario de Avisos el 28/05/2013
Imagen para este blog cedida por J.J. Bacallado.